Señor Editor quería hacerles un comentario respecto a la publicación, del pasado Domingo 29 de enero, de un muy completo informe en relación a la preocupación por el uso creciente de éxtasis entre los adolescentes en nuestro país.
Simplemente quería señalarles las “contr(a)dicciones” de la política pública en temas “no electorcitas “. Da la impresión que los funcionarios se enteran de la gravedad de las cosas por los Medios y entonces comienzan a sacar de la galera soluciones “mágicas “
A la “cabeza” el Dr. Mate ,Ministro de Salud Bonaerense, quien promueve y justifica como una mediada sanitaria la prohibición de las fiestas “Rave”.
Era ya tiempo que el Ministerio se plantease como prioridad trabajar a fondo en la lucha contra el consumo de estas nuevas sustancias, llamadas •”drogas de diseño”, pero de ahí a la “prohibición de las fiestas” como una solución me parece, en el mejor de los casos , una propuesta demasiado pobre para un funcionario del área de salud..
Me genera ternura la ingenuidad del Ministro Mate alarmado porque en esas fiestas se consume éxtasis. Alguien se atreverá a contarle que, por ejemplo, en los recitales y en las canchas se consumen porros, en las discos cocaína y en la bailantas paco? A ver si quiere prohibir todo esto al mismo tiempo?
De más decir que hay un acuerdo cuasi generalizado de diferentes profesionales, expertos en el tema, que plantean en que estas fiestas son fenómenos sociales que existen legalmente y sino lo seguirán haciendo fuera de la ley, sin control alguno y que no está allí el “quid” de la problemática de l consumo de sustancias
Pero parece ser que, además los sanitaristas , gracias al Ministro, se enteraron de que en estas fiesta no hay agua, no hay ventilación, no se permite la entrada de controles ni de los medios y por eso dicen que hay que prohibirlas (para los más extremistas) o regularlas ( para los más moderados). Pero pro favor entonces, frente a irregularidades tan peligrosas y más allá del consumo de sustancia alguna, deberían recurrir a la justicia y al poder ejecutivo local para ver que sucede en relación a los controles en este tipo de lugares. No podemos tan pronto habernos olvidado de Cromañon.
De esa forma quizá, se tranquilizarían y concentrarían más su atención en los datos que se publican en dicho artículo sobre la gravedad de las adicciones en nuestro país (ya sin duda un país de consumo) En ese sentido coincido con la doctora Norma Vallejo, del Sedronar quien dijo que “más que prohibir, hay que prevenir”. A lo cual le agregaría que también hay que “asistir” porque, si de algo no se habla respecto a las A (dicciones) es acerca de las respuestas asistenciales con que contamos para quienes recién se han indicado o ya están en una etapa muy avanzada, pero que con un buen tratamiento, y fundamentalmente con programas de reinserción social pueden recuperarse, tema de exclusiva responsabilidad del área de salud.
Sinceramente y como ciudadana me preocupa la falta de política pública en nuestro país; pero más aún me preocupa la falta de coherencia y de profesionalismo cuando algunos funcionarios intentan aplicarla.
Por favor involucrémoslo en estos temas , no sea cosa que se entusiasmen abusando de este tipo de soluciones, y se les ocurra plantear medidas similares para evitar las enfermedades de transmisión sexual….
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