Por que relacionamos violencia y género
En el año 2002 la OMS(1) admitió que «La incorporación de las cuestiones de género es un proceso tanto técnico como político que exige introducir cambios en las culturas de organización y las mentalidades La OPS(2) , en ese mismo año, manifiesta que las diferencias de salud entre los hombres y mujeres existen y son significativas dentro de cualquier grupo socioeconómico, aunque no sean uniformes ni avancen en la misma dirección. El género, como construcción social, es un factor de peso que exacerba la vulnerabilidad biológica y acompaña a la biología en la determinación de las desigualdades en materia de salud. Además, destacó allí la necesidad taxativa de incluir esta perspectiva en la Investigación Científica y en las políticas de salud.
La violencia por motivos de género es tal vez la violación de los derechos humanos más generalizada y más tolerada socialmente. La violencia por motivos de género no reconoce fronteras, ni económicas, ni sociales ni geográficas. Tampoco reconoce razas, ni castas, ni religión alguna. Los actos de violencia ocurren en todas partes, son perniciosos y en su enorme mayoría son perpetrados por hombres contra mujeres y niñas.
Por su diversidad es que aún hoy se hace realmente difícil poder medirlos, ya que nuestra cultura naturaliza las relaciones desiguales entre varones y mujeres, sosteniendo la “no visibilización” de este tipo de violencia como un problema social. Esta concepción forma parte de los prejuicios y estereotipos sociales, no sólo en el victimario sino también en agentes sanitarios policiales, judiciales, legislativos. Y, también en las propias mujeres víctimas que creen ser merecedoras del maltrato.
Se cita, entre otras, como violencia por motivo de género, a las violaciones y otras formas de violencia sexual, la violencia doméstica, el asesinato para "restaurar la honra" y la trata de mujeres. Algunos indicadores característicos son: menor grado de acceso de las niñas a los alimentos, al trabajo, a una remuneración igual a la del hombre, a la atención médica y la educación, prostitución infantil, violencia en el noviazgo, relaciones sexuales bajo coacción, violación en el matrimonio, malos tratos (físicos, psicológicos) infligidos a las mujeres por sus compañeros íntimos, a mujeres discapacitadas, a viudas y/o a ancianas. Es importante considerar la repercusión que estos tipos de violencia tienen en perjuicio de la salud reproductiva y el bienestar de las mujeres y niñas, de manera directa o indirecta en, por ejemplo, los embarazos no deseados y acceso restringido a la información sobre planificación de la familia y los anticonceptivos; abortos realizados en malas condiciones o lesiones a consecuencia de un aborto legal después de un embarazo no deseado; enfermedades de transmisión sexual, inclusive el VIH/SIDA; problemas psicológicos
Un instrumento internacionalmente reconocido para la medición de este tema es la Encuesta Internacional de Violencia contra las Mujeres (EIVCM), que se ha concebido justamente en torno a la hipótesis de que la violencia de género se mantiene invisible a las víctimas (4)
Algunos resultados relevados por este tipo de medición fueron publicados en el último Informe sobre la Salud Mundial de la Población 2005:
Una de cada cinco mujeres será víctima de violación o de intento de violación a lo largo de su vida (5)
Una de cada tres habrá sido golpeada, obligada a entablar relaciones sexuales bajo coacción o maltratada de otra manera, por lo general por un miembro de su familia o un conocido (6)
La violencia mata y discapacita a una cantidad de mujeres de entre 15 y 44 años de edad superior al número de las que son víctimas de cáncer. Y el número de mujeres que ven su salud afectada por la violencia es superior a las cantidades combinadas de víctimas de accidentes de tránsito y de paludismo(7).
Las sobrevivientes suelen padecer a lo largo de toda su vida trastornos emocionales, problemas de salud mental y mala salud reproductiva.
Las mujeres víctimas de abuso también corren mayor riesgo de infectarse con el VIH(8).
Las mujeres que han sido atacadas física o sexualmente tienden a utilizar intensamente y a largo plazo los servicios de salud(9)
Los efectos de la violencia también pueden alcanzar a futuras generaciones: los niños que han sido testigos de abusos o que fueron, ellos mismos víctimas, suelen padecer daños psicológicos duraderos(10)
La violencia doméstica es la forma más común de violencia por motivos de género. Sobre la base de datos de encuestas, en algunos países un 10% de las mujeres y en otros hasta un 69% están sujetas a violencia doméstica (11).
En todo el mundo, casi el 50% de todos los ataques sexuales son perpetrados contra niñas de 15 años o más jóvenes(12).
Las mujeres que alguna vez han sido objeto de abuso sexual tienen más probabilidades de sufrir nuevamente lo mismo: un 60% de las mujeres cuya primera experiencia sexual fue forzada, experimentan violencia sexual más adelante en sus vidas (13).
Los efectos del abuso sexual y el incesto en la infancia sobre el comportamiento sexual y la salud reproductiva pueden persistir a lo largo de toda la vida (14).
Destaquemos que la prevalencia tan significativa de estas formas de violencia constituye un serio problema de salud pública, ya que es necesario conocerla porque representa una causa significativa de morbilidad y mortalidad entre las mujeres de edad productiva. Además de las heridas, fracturas, abortos, etc. producto de las agresiones: Las mujeres como blanco de la violencia pueden padecer stress crónico y, como consecuencia, enfermedades tales como hipertensión, diabetes y asma. Frecuentemente, también sufren dolores de cabeza en forma crónica, trastornos sexuales, depresiones, fobias y miedos. La violencia contra las mujeres tiene también un alto costo social y económico para el Estado y la sociedad. Los gastos incurridos en salud, procesos legales, transporte, incapacidades y ausencias al trabajo de las mujeres afectadas pueden implicar sumas multimillonarias anuales para las instituciones públicas y privadas, así como para las familias. Asimismo, se considera que denegar la protección con anticonceptivos es una forma de violencia sexual (15)
Me gustaría terminar compartiendo con ustedes el párrafo final del capítulo de Violencia del Informe de Salud Mundial de la Población que no casualmente se tituló La promesa de igualdad: Equidad de género, Salud Reproductiva y Objetivos de Desarrollo del Milenio.
La insuficiencia de los presupuestos y las prioridades que compiten entre sí han contribuido a la inacción en este tema. No obstante, los costos de medidas eficaces para reducir la violencia son insignificantes en comparación con el efecto humano, social y económico sobre las generaciones presentes y futuras Las inversiones en la prevención y la protección de las mujeres arrojan grandes beneficios, con alta eficacia en función de esos costos, y tienen importancia crítica para cumplir con la promesa de la Declaración del Milenio “Crear...un entorno propicio al desarrollo y a la eliminación de la pobreza”
Bibliografía
(1) OMS –. Integración de las perspectivas de Género en la Labor de la OMS – Políticas de la OMS en Materia de Género- 2002
(2) OPS- Incorporar las perspectivas de género en Salud: Un análisis de la Investigación y las políticas 2005. Emitido orginalmente como el Documento: Engendering health equity: A review of research and policy” de la Serie Working Papers (Vol. 12, No. 2) del Harvard Center for Population and Development Studies, Harvard School of Public Health 2002).
(3) FNUAP, "Eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas: prioridad de derechos humanos y de salud" en Estado de la Población Mundial 2000, Nueva York, 2000, págs. 25 a 36
(4) EIVCM - El proyecto se apoya fundamentalmente en la red e infraestructura de la Encuesta Internacional de Victimización (ICVS) que se ha realizado con éxito en más de 70 países alrededor del mundo. La ICVS ha ayudado a varios países en vías de desarrollo a preparar y realizar encuestas sobre victimización como un instrumento de investigación y política.El proyecto de EIVCM se inició en 1997 cuando el HEUNI junto con varios expertos internacionales en la materia comenzaron a elaborar una herramienta modelo de encuesta comparativa para medir el grado de violencia contra la mujer en todo el mundo. Desde entonces, ha sido objeto de revisiones y consultas.
(5) Proyecto del Milenio, de las Naciones Unidas 2005a. Taking Action: Achieving Gender Equality and Empowering Women. Equipo de Tareas sobre la educación y la igualdad entre hombres y mujeres. Londres y Sterling, Virginia: Earthscan.
(6) Heise, L., M. Ellsberg y M.Gottemoeller 1999. Ending Violence against Women. Population Reports. Series L. No. 11. Baltimore, Maryland: Population Information Program, Johns Hopkins University School of Public Health.
(7) Proyecto del Milenio, de las Naciones Unidas 2005a, págs. 15 y 110.
(8) Heise, Ellsberg y Gottemoeller 1999.
(9) Krug, E. y otros. (editores) 2002. World Report on Violence and Health. Ginebra: OMS.
(10) Krug, E. y otros. (editores) 2002. World Report on Violence and Health. Ginebra: OMS.Ibid
(11) Heise, Ellsberg y Gottemoeller 1999. Citado en: Proyecto del Milenio, de las Naciones Unidas 2005a, pág. 113. Según otra estimación, basada en constataciones de 48 encuestas de población, esta proporción se ubicaría entre 16% y 50%. Véase: Krug y otros. 2002.
(12) UNFPA 2003. UNFPA and Young People: Imagine. Nueva York: UNFPA
(13) The Population Council 2004a. The Adverse Health and Social Outcomes of Sexual Coercion: Experiences of Young Women in Developing Countries. Nueva York: The Population Council; Jejeebhoy, S. J. y S. Bott. 2003. Non-consensual Sexual Experiences of Young People: A Review of the Evidence from Developing Countries. South and East Asia Regional Working Paper. No. 16. Nueva Delhi: The Population Council. Véase también: Im-em, Archvanitkul y Kanchanachitra 2004.
(14) De Bruyn, M. y S. Packer 2004. Adolescents, Unwanted Pregnancy and Abortion: Policies, Counseling and Clinical Care. Chapel Hill, North Carolina: Ipas.
(15) Krug y otros 2002
(16) Krug, y otros 2002
(17) FNUAP, "Eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas: prioridad de derechos humanos y de salud" en Estado de la Población Mundial 2000, Nueva York, 2000, págs. 25 a 36 // El BID Informe Especial "Violencia Doméstica", Washington, 1997
(18) INDEC 2003 - Tasa de delincuencia y hechos delictuosos registrados por Policía, Gendarmería y Prefectura, por provincia, según tipo de delito. Total del país. Años 2002-2003// Población total por sexo, razón de masculinidad y densidad de población, según provincia.
(19) La Mujer y la Violencia en la Rep Argentina – Consejo Nacional de Mar del Plata -2004
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