Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté sólo;
le haré ayuda idónea para el.
"Génesis 2:18
"La era de la melancolía." Así es como el psicólogo Daniel Goleman describe nuestro tiempo.
Según su mirada las personas hoy sufren más depresión que las generaciones previas, a pesar de las maravillas tecnológicas que nos ayudan todos los días. Tal vez, a causa de ellas.
En lo personal, no tengo una posición muy clara al respecto,
pues sigo coincidiendo con quienes piensan a la web como un amplificador:
"Lo bueno lo hace más bueno,
y lo malo, aún peor."
La web 2.0 ofrece las mejores oportunidades para quienes quieren relacionarse,
y también para quienes eligen aislarse; oportunidades que ante todo son de conexión.
Sergio Sinay, en un maravilloso ensayo llamado "Conectados al vacío", nos recuerda que "Confundimos cada vez más conexión con comunicación"
La conexión es un fenómeno tecnológico
y la comunicación es un hecho humano que requiere compromisos
En el mundo virtual se puede tener miles de contactos, fans o seguidores, pero no amigos,
a esos hay que ganárselos en el mundo real.
La soledad existió siempre, de eso no quedan dudas.
Lo nuevo es que ahora se muestra en medio de una red de relaciones
en las llamadas comunidades virtuales.
Parafraseando la canción de Fito Paez y Sabina diría, “estar on-line es estar solo mil veces,
es la soledad conectada", o un intento moderno de evitar un dolor inevitable.
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