La justa medida de la Insatisfacción
Una vez le preguntaron a un anciano en su lecho de muerte,
qué fue lo peor y lo mejor que le pasó en su vida
- La insatisfacción - respondió.
La insatisfacción fue, es y será lo mejor y lo peor en la vida del hombre.
Me resulta difícil pensar el tema, sin plantearme la contradicción que surge al
asociar la insatisfacción con la realización de un deseo.
Seguramente compartirán conmigo que para hacer realidad un deseo,
en algún momento debemos pagar el peaje de la insatisfacción:
Un peaje eterno, pues el deseo, más que un destino es un viaje,
a realizar mientras haya vida.
No imagino una vida sin deseo; o si, pero reducida a la paz de los cementerios.
Sin embargo me asusta ver a diario el sufrimiento de quienes persiguen un deseo voraz,
ilimitado, insatisfecho por definición, o simplemente imposible para él en su "aquí y ahora"
Por momentos temo contagiarme de la "insatisfacción crónica" que quieren imponernos
en la cual no importa cuanto tengamos o vayamos a tener; pues en definitiva, nunca será suficiente.
Tanto deseo como insatisfacción requieren ser regulados
y si bien aún no se editaron "las diez lecciones para disfrutar feliz",
el simple hecho de pensar la posibilidad de disfrute,
me ayuda a no creer que estamos ante un callejón sin salida
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