viernes, 5 de diciembre de 2008

El Talento en Tiempos de Crisis


Así como en la cancha se ven los pingos,
en las crisis se ven los verdaderos talentos.


Si existe un momento en el que deberán salir a la luz las ideas innovadoras, los profesionales arriesgados y los trabajadores emprendedores; es durante una crisis económica como la que se avecina. Todos los expertos siempre han dicho que durante las épocas de crisis, siempre hay oportunidades de negocios: La clave está en reconocerlas. Nada más, ni nada menos.

Quienes han estudiado diferentes perfiles de personalidades exitosas a la hora de hacer negocios, coinciden en que lo que marca la diferencia entre llegar a la cumbre o no, es la capacidad de soportar la presión para sortear las adversidades, sin derrumbarse, levantándose frente a cada tropezón y la creatividad para encarar un proyecto realista.
La creatividad supone, entonces, un comportamiento original o nuevo, no convencional, y además con una utilidad práctica, posible.
En el ámbito de un negocio la creatividad se pone de relieve tanto para generar un nuevo producto, como para diseñar un proceso que permita menores costos y mayor calidad, o bien esa creatividad le permitirá llevar a cabo una mejor publicidad o bien resolver mejor los problemas. La creatividad no es una cuestión menor para aquel que pretenda triunfar en los negocios.
Estudios recientes muestran que los consumidores, independientemente de la fidelidad que tengan a una marca – premian a aquellas empresas que permanentemente se renuevan: sea en su packing, en el color del producto, su olor, su textura o por el agregado de tal o cual sustancia. Las versiones Premium son una muestra de que las empresas se preocupan por satisfacer a sus consumidores y el éxito en ventas y rentabilidad, un digno representante de la recompensa que obtienen por ello.
En un entorno cambiante en lo social, económico, político, cultural y psicológico es menester contar con la sensibilidad suficiente para captar esos cambios a tiempo, y aún más adelantarse a ellos mediante una mentalidad proactiva.
La capacidad de reacción ante lo inesperado fue, es y continuará siendo una aptitud que diferenciará a aquellos que sobrevivan con su empresa, de aquellos que zozobren ante las tormentas del entorno.
Esta capacidad es, sin lugar a dudas, la que define a los exitosos, quienes han sabido aprovechar creativamente una oportunidad.
Antiguamente la oportunidad en ese tiempo se definía en función de que había poca competencia y el escenario era uno donde -en general- la demanda era mayor que la oferta.
Pero ahora las cosas son diferentes; en todo caso la demanda es menor que la oferta y las empresas que sigan obsesionados con la productividad en lugar de buscar la reinvención alrededor de nuevas oportunidades, acabarán por morir.
Horacio Marchand, un especialista en el tema, nos aporta algunas otras ideas detrás de la oportunidad:
1.- La oportunidad no es necesariamente el detectar una necesidad insatisfecha en el mercado: Para que se convierta en oportunidad tiene que existir el potencial de la cristalización así como los recursos (no sólo dinero) para su explotación.
2.- La oportunidad es mutante; se transforma, evoluciona, revoluciona y nunca mantiene su estatus y constantemente varía su sincronía entre ella y el mercado. Por eso hay que estar muy pendiente de ella.
3.- La oportunidad es uno de los conceptos trascendentales que más se ignora. Rara vez es mencionada, estudiada o monitoreada en la gestión de negocios, algunas de las razones: lo urgente se come a lo importante; la comunicación fluye de arriba hacia abajo, nunca al revés; la búsqueda de oportunidades se delega; no se asignan recursos para actividades exploratorias; falta de pensadores imaginativos; poca propensión al riesgo.
4.- La falta de sincronía con la oportunidad funciona como un cáncer que pasa inadvertido. Llega el día donde la caída del negocio y la baja crónica en ventas y utilidades no pueden sostenerse. Y lo peor, casi nadie lo puede explicar.
Frente a este escenario, seguramente se trata de una oportunidad que se ha transformado, pero el negocio sigue aferrado a un diseño concebido para una oportunidad previa y ahora anacrónica.

Si alguien me preguntase ¿cómo y cuándo llega la oportunidad?
No tendría muy claro que responderle. Sí , desde mi experiencia práctica, le contaría que en pocas ocasiones es producto de un elaborado plan estratégico. Algunas pocas veces aparece después de mucha búsqueda y lucha, pero más frecuentemente aparece de repente, a mitad del camino, sin avisarnos que nos va a sacudir.

Es mentira que la oportunidad llega sólo una vez.
Ni tampoco, como el cartero sólo llama dos veces.
Para nuestra tranquilidad, si somos creativos, llega todas las veces que sepamos reconocerla y estemos preparados para hacer de ella el más rentable de los negocios

jueves, 27 de noviembre de 2008

Se nos viene la CRISIS


Juan vendía panchos, “los mejores de su pueblo”. Lo hacía justo en la plaza principal, un alto obligado para todos aquellos que sabían valorar la calidad y el trabajo.
Juan era feliz con su trabajo, le dedicaba tanto tiempo que no leía periódicos, ni escuchaba radios y sólo encendía la televisión par ver alguna película que lo alejara de la realidad cotidiana.
Un día creyó que era tiempo de que los pueblos vecinos conocieran su trabajo. Fue así que formó un equipo al cual entrenó para que lo representasen: grande fue su sorpresa cuando sus ingresos aumentaron tanto o más que su fama y su reputación.
Por esos días su hijo que estudiaba en Economía Universidad de la ciudad decidió regresar para ayudarlo a que su negocio continuase expandiéndose.
Al llegar y ponerse al día de las novedades de su padre le dijo: - Papá, ¿No te enteraste de la crisis financiera que atraviesa el mundo y del impacto que tendrá en nuestro país?
Juan no supo que contestarle. – Él es universitario, está informado, seguro debe saber lo que me dice- pensó e inmediatamente se dispuso a hacer todo lo que él le aconsejó: Compró menos pan, salchichas de inferior calidad, redujo los salarios de sus colaboradores y decidió limitarse a vender en su pueblo. Las ganancias entonces se redujeron día a día, las escasas ventas lo llevaron a preguntarse si podría continuar con esto. Decidió abandonarlo todo.
Sin embargo no se entristeció. Su hijo era ya un gran economista. ¡Cuánta razón tuvo cuando lo advirtió de la gravedad de la crisis que se venía!


Toda crisis supone la ruptura de una regularidad, que nos impide prever anticipadamente los hechos futuros, lo cual nos enseñaron “era esencial” para la supervivencia.
¿Quién duda que el mundo está en crisis? No más leer los titulares de los diarios de oriente y occidente para ser consientes que se vienen tiempos difíciles. Y les pregunto ¿podemos nosotros hacer algo frente a esto que, definitivamente, está fuera de nuestro control?

Sin embargo el deseo de control es el gran protagonista en estos casos: Tendemos a buscar cantidad de información que, en definitiva sólo contribuye a aumentar nuestra preocupación. Es entonces cuando se los peores fantasmas de todos los tiempos vienen a nosotros para enfrentarnos a la peor cara del miedo, la que paraliza y hace que cada vez nos encerremos más en nosotros mismos.

Pero antes de seguir vale sincerarnos: ¿Realmente nosotros estamos ante una crisis? Lamentablemente el espíritu trágico es más contagioso que el entusiasmo. ¿O acaso no creés en las historias personales? Cuidado con confundir una ventana con un espejo.
El hijo de Juan lo hizo y fue así como su profecía de caos se auto cumplió.
Dime a que le temes y predeciré tu futuro.

Lo primero entonces es reflexionar sobre mi lugar en esta crisis mundial.
Supongamos que efectivamente personalmente estamos ante una crisis. ¿Y? ¿Es tan terrible?

Vayamos al diccionario de la Real Academia española y tomemos la primera acepción de la palabra crisis:
1. f. Cambio brusco en el curso de una enfermedad, ya sea para mejorarse, ya para agravarse el paciente.
¿De qué dependerá la salud de este paciente?
De nuestra capacidad de ver el medio vaso.

El medio Vaso Vacio.
En general la padecemos. Tratamos de aferrarnos a lo poco o mucho que tenemos y nos resistimos a admitir que no hay mucho que hacer afuera, que es necesario mirar hacia nuestro interior y revisar nuestros marcos referenciales: en tiempos de crisis es imposible intentar sostener aquellas creencias que nos garantizaban seguridad.
No podemos modificar la situación de los mercados financieros, la baja de las tasas, el riesgo país o la bolsa de Estados Unidos. Simplemente podemos hacer un alto y reflexionar sobre aquellas ansiedades que podemos controlar, las que se reactivan ante situaciones de crisis.
Ni se imaginan cuanto su salud y la de su familia les agradecerá por esto.

Por que será tan difícil plantearnos que en los momentos de crisis “algo” debemos cambiar, “algo” que nos es más ni menos que nuestro modo de enfrentarlas.


En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.
Albert Einstein


¡Qué poca imaginación tuvo ese economista al asesorar a su papá! ¿De que le valió el conocimiento si no pudo ver la crisis como una oportunidad?


“Sólo triunfa en el mundo quien se levanta y busca las circunstancias, y las crea si nos las encuentra”.
George Bernard Shaw


Sólo triunfa quien reconoce el otro medio vaso: el que siempre está lleno.
Toda crisis lleva consigo una oportunidad. Es la otra cara de la moneda.
Las crisis implican crecimiento, siempre salimos fortalecidos de ellas. Aunque nos asuste, el simple hecho de atravesarlas, contribuye al desarrollo personal: Quien supera una crisis antes que nada se supera a si mismo.
Hoy tenes ante vos una oportunidad increíble. Aprovechá para cambiar aquello que si está a tu alcance, que te hace feliz. Seguro serás un poco más libre.

Mi abuela te lo diría de un modo mucho más sencillo:
Todo pasa, no hay mal que duré cien años y simplemente disfruta el placer de resistir.